«GRANDES PREGUNTAS que se contestan en otros sitios» es un compendio de las intrigas de amor imposible entre MANOLO Y PEPI y las proezas comerciales del vendedor a domicilio APOLONIO MARTIRIO, dos series humorísticas de Enrique Bonet publicadas en la revista “Amaniaco” entre 2002 y 2016, completadas con una serie de páginas inéditas, realizadas para este libro en pleno confinamiento.
En «GRANDES PREGUNTAS que se contestan en otros sitios» hay pócimas de amor, cohetes a la luna, atracos a mano armada, poetas nefastos, globos aerostáticos, desiertos, zombis, brujas, viajes astrales, pirateadores chinos, perros y gatos, sacos de tomates, loros chivatos, tartas gigantes, sesiones de hipnosis, psicópatas asesinas, apocalipsis, marcianos invasores, monstruos, psiquiatras locos, fantasmas y está, incluso, Mariano Rajoy… pero no, no encontrarás ninguna respuesta, pero tampoco una sola de esas GRANDES PREGUNTAS que todo el mundo se hace (y que se contestan en otros sitios).
José Luis Munuera, un dibujante de éxito internacional que ya había mostrado su genialidad en prestigiosas series como Spirou a lo largo de cuatro álbumes, y Enrique Bonet, un contrastado guionista e ilustrador que trabaja tanto en el ámbito nacional como para el extranjero, han unido esfuerzos creativos impulsados por una amistad compartida de muchos años para convertir El juego de la luna en un relato fantástico, negro y fascinante, una obra tierna y crepuscular.
En 136 páginas divididas en dos actos, El juego de la luna despliega los encantos conjugados de un mundo onírico, del relato iniciático y de la aventura, que toman cuerpo en Aldea, un pueblo impregnado de leyendas y supersticiones. El blanco y negro trabajado a la aguada, salpicada de sugerentes tonos rojos a lo largo de parte de sus páginas, sirve de maravilla a este relato intemporal, que se mueve también en un ambiente brumoso propio a las ensoñaciones, pero también a los peligros...
Y es que Aldea es un espacio inventado, un lugar inexistente en el que el tiempo parece haberse detenido. Un mundo perdido y casi inexpugnable, anclado en su propia historia, ajeno al progreso y a los avances tecnológicos, que no ha abandonado los modos de vida de la sociedad rural tradicional. Un mundo premoderno, en el que el pensamiento racionalista no ha llegado a asentarse y en el que la magia, la leyenda y la tradición explican el mundo tanto como el sufrimiento diario y la lucha por la supervivencia.
La gestación de El juego de la luna había comenzado 13 años antes en las habituales charlas de bares y cafeterías, que acabaron tomando forma en un tebeo de 24 páginas que Enrique Bonet realizó y autoeditó en 1995, con una tirada muy pequeña repartida entre amigos, editores y aficionados que se lo pidieron. Uno de esos amigos era José Luis Munuera.
Tras los pasos de García Lorca Enrique Bonet se sumerge en la investigación que realizó el escritor estadounidense Agustín Penón en la Granada de 1955, quien acabó callando todo lo que descubrió sobre el crimen del poeta granadino El asesinato de Federico García Lorca, ocurrido en los primeros días de la guerra civil española, y la búsqueda de la fosa donde pueda estar enterrado continúan planteando hoy día numerosas incógnitas sin resolver, y siguen atrayendo la atención de investigadores, especialistas y admiradores de su obra. En 1955, un escritor norteamericano llegó a Granada para intentar esclarecer este crimen de resonancia internacional que el régimen de Franco había intentado ocultar bajo un muro de silencio. La araña del olvido está basada en la peripecia real de este hombre, Agustín Penón, y nos acerca a un personaje que, durante una estancia de casi dos años en Granada, puso en quiebra su salud y su fortuna para intentar resolver un misterio sobre el que, a pesar de sus grandes hallazgos, optó finalmente por no publicar una sola palabra. ¿Quién era realmente este hombre que calló voluntariamente todo lo que había descubierto? Ésta es la historia de una persona que, en la España de Franco, se atrevió a investigar el misterio del asesinato de Federico García Lorca para acabar convertido él mismo en otro misterio... Según el historiador Juan Mata, gracias a la sagaz mirada de Agustín Penón y al talento de Enrique Bonet el lector puede percibir los latidos, las costumbres, los lugares y los sonidos de una época, puede conocer las bravuconerías de unos y las desconfianzas de otros, los recuerdos y las omisiones, las mentiras más mostrencas y las lealtades más incorruptibles . Y ahí reside –añade Mata– el gran mérito de La araña del olvido, en lo que tiene de testimonio de un tiempo y de una ciudad, además de narración de un suceso. La historieta cumple en estos casos una encomiable labor de divulgación de la historia, sirve de puente entre el pasado y los lectores del presente, permite constatar una vez más cómo el arte de la ficción puede ser una excepcional fuente de conocimiento .
176 páginas. Blanco y negro Cartoné. 19.0 x 27.0 cm
ISBN: 978-84-16251-22-3
2ª edición
El asesinato de Federico García Lorca, ocurrido en los primeros días de la guerra civil española, y la búsqueda de la fosa donde pueda estar enterrado continúan planteando hoy día numerosas incógnitas sin resolver, y siguen atrayendo la atención de investigadores, especialistas y admiradores de su obra. En 1955, un escritor norteamericano llegó a Granada para intentar esclarecer este crimen de resonancia internacional que el régimen de Franco había intentado ocultar bajo un muro de silencio.
La araña del olvido está basada en la peripecia real de este hombre, Agustín Penón, y nos acerca a un personaje que, durante una estancia de casi dos años en Granada, puso en quiebra su salud y su fortuna para intentar resolver un misterio sobre el que, a pesar de sus grandes hallazgos, optó finalmente por no publicar una sola palabra. ¿Quién era realmente este hombre que calló voluntariamente todo lo que había descubierto? Ésta es la historia de una persona que, en la España de Franco, se atrevió a investigar el misterio del asesinato de Federico García Lorca para acabar convertido él mismo en otro misterio...
Según el historiador Juan Mata, “gracias a la sagaz mirada de Agustín Penón y al talento de Enrique Bonet el lector puede percibir los latidos, las costumbres, los lugares y los sonidos de una época, puede conocer las bravuconerías de unos y las desconfianzas de otros, los recuerdos y las omisiones, las mentiras más mostrencas y las lealtades más incorruptibles”.
“Y ahí reside –añade Mata– el gran mérito de La araña del olvido, en lo que tiene de testimonio de un tiempo y de una ciudad, además de narración de un suceso. La historieta cumple en estos casos una encomiable labor de divulgación de la historia, sirve de puente entre el pasado y los lectores del presente, permite constatar una vez más cómo el arte de la ficción puede ser una excepcional fuente de conocimiento”.
Tras los pasos de García Lorca Enrique Bonet se sumerge en la investigación que realizó el escritor estadounidense Agustín Penón en la Granada de 1955, quien acabó callando todo lo que descubrió sobre el crimen del poeta granadino El asesinato de Federico García Lorca, ocurrido en los primeros días de la guerra civil española, y la búsqueda de la fosa donde pueda estar enterrado continúan planteando hoy día numerosas incógnitas sin resolver, y siguen atrayendo la atención de investigadores, especialistas y admiradores de su obra. En 1955, un escritor norteamericano llegó a Granada para intentar esclarecer este crimen de resonancia internacional que el régimen de Franco había intentado ocultar bajo un muro de silencio. La araña del olvido está basada en la peripecia real de este hombre, Agustín Penón, y nos acerca a un personaje que, durante una estancia de casi dos años en Granada, puso en quiebra su salud y su fortuna para intentar resolver un misterio sobre el que, a pesar de sus grandes hallazgos, optó finalmente por no publicar una sola palabra. ¿Quién era realmente este hombre que calló voluntariamente todo lo que había descubierto? Ésta es la historia de una persona que, en la España de Franco, se atrevió a investigar el misterio del asesinato de Federico García Lorca para acabar convertido él mismo en otro misterio... Según el historiador Juan Mata, gracias a la sagaz mirada de Agustín Penón y al talento de Enrique Bonet el lector puede percibir los latidos, las costumbres, los lugares y los sonidos de una época, puede conocer las bravuconerías de unos y las desconfianzas de otros, los recuerdos y las omisiones, las mentiras más mostrencas y las lealtades más incorruptibles . Y ahí reside –añade Mata– el gran mérito de La araña del olvido, en lo que tiene de testimonio de un tiempo y de una ciudad, además de narración de un suceso. La historieta cumple en estos casos una encomiable labor de divulgación de la historia, sirve de puente entre el pasado y los lectores del presente, permite constatar una vez más cómo el arte de la ficción puede ser una excepcional fuente de conocimiento .